viernes, 18 de marzo de 2011

La música urbana local al Casandra

La música urbana que se realiza en República Dominicana siempre ha sido objeto de confl ictos y apasionadas discusiones entre sus defensores, quienes la tildan de expresión de una parte de la sociedad y los que la observan desde el otro lado, como una manifestación de lo vulgar en el arte musical.
Pero a pesar de esto, los niveles de popularidad que consiguen estos cantantes y músicos urbanos dentro de la población de los barrios es impactante, gracias a que son personas que hablan su idioma y expresan lo que sienten los que habitan esos barrios marginales de nuestro país.
Al igual que su referente más importante, el hip hop que se hace en Estados Unidos, la versión de este género musical es una representación de la marginalidad, de la parte más pobre de nuestra sociedad y donde, por ende, están los níveles más bajos de educación.
Los elementos propios del reguetón, el denbow y todos los demás estilos que tienen el rap como vehículo de expresión, han sido en el pasado y son en el presente tratados como un verdadero peligro social.
Arrimados al mencionado hip hop, una cultura que promueve la ostentación de riqueza, el oro y el vestir ropas marcas caras en un sector de la sociedad que no devenga el dinero para obtener éstas cosas.
Pero hay que preguntarse, si éstos artistas son verdaderos promotores de la violencia y el sexo en un público joven y marginal, o son realmente los cronistas del presente y que retratan con rudeza lo peor de la sociedad en que vivimos.
La música urbana que se realiza en República Dominicana siempre ha sido objeto de confl ictos y apasionadas discusiones entre sus defensores, quienes la tildan de expresión de una parte de la sociedad y los que la observan desde el otro lado, como una manifestación de lo vulgar en el arte musical.
Pero a pesar de esto, los niveles de popularidad que consiguen estos cantantes y músicos urbanos dentro de la población de los barrios es impactante, gracias a que son personas que hablan su idioma y expresan lo que sienten los que habitan esos barrios marginales de nuestro país.
Al igual que su referente más importante, el hip hop que se hace en Estados Unidos, la versión de este género musical es una representación de la marginalidad, de la parte más pobre de nuestra sociedad y donde, por ende, están los níveles más bajos de educación.
Los elementos propios del reguetón, el denbow y todos los demás estilos que tienen el rap como vehículo de expresión, han sido en el pasado y son en el presente tratados como un verdadero peligro social.
Arrimados al mencionado hip hop, una cultura que promueve la ostentación de riqueza, el oro y el vestir ropas marcas caras en un sector de la sociedad que no devenga el dinero para obtener éstas cosas.
Pero hay que preguntarse, si éstos artistas son verdaderos promotores de la violencia y el sexo en un público joven y marginal, o son realmente los cronistas del presente y que retratan con rudeza lo peor de la sociedad en que vivimos.

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