El tumor detectado en la garganta al popular ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva se encuentra en una etapa “intermedia” y muestra la “agresividad típica” del cáncer de laringe, dijeron el lunes los médicos. Lula se internó en el Hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo para recibir su primera sesión de quimioterapia dentro del tratamiento que se le sigue.
El equipo de médicos que atiende a Lula dijo que el ex gobernante exhibía muy buen humor y expresaron confianza en que logrará la recuperación total. También se prevé que Lula reciba terapia de radiación a principios del año entrante, en tanto que los médicos dijeron que tal vez no sea necesario llegar a la cirugía para extirparle el tumor.
“Es el tipo de tumor más común en esa parte del cuerpo, tiene la agresividad típica”, dijo el doctor Paulo Hoff, que forma parte del equipo de oncólogos que supervisan el tratamiento del ex mandatario. “El tumor se encuentra en etapa intermedia, su detección fue oportuna relativamente pero no temprana como para superar la situación con una pequeña cirugía”, apuntó.
El cáncer no se ha propagado a otras partes del cuerpo del mandatario, manifestó Hoff. El especialista confirmó que debido a la quimioterapia, a Lula, de 66 años, se le caerá pelo de la cabeza y también de su espesa barba, que se le han encanecido. El pelo y barba han sido característicos de la imagen de Lula, desde que era un dirigente sindical que enfrentó durante décadas con firmeza a la dictadura militar de Brasil hasta que se convirtió en político.
La presidenta Dilma Roussef tenía previsto visitar a Lula durante el lunes en el hospital en Sao Paulo. Lula la escogió como su sucesora y ésta ganó las elecciones presidenciales del año pasado gracias al intenso apoyo del otrora gobernante.
En 2009, Rousseff se sometió a una cirugía para que le extirparan de la axila izquierda un tumor maligno en el mismo hospital. La presidenta recibió quimioterapia y en agosto de 2010 los médicos la declararon recuperada por completo. Los médicos dijeron que el ex jefe de estado pasará la noche en el hospital como medida de precaución, a fin de vigilar cómo reacciona a su primera sesión de quimioterapia.
Los médicos dijeron que no creen que sea necesario operarlo para extirparle el tumor. Una cirugía para hacerlo conllevaría el peligro de que pierda la voz debido al lugar en que se encuentra el mal. Si ocurriera este acontecimiento, el mismo tendría repercusiones en la política brasileña debido a que el gran poder de convocatoria y los discursos enérgicos de Lula son poderosas armas en este campo.
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